La obesidad infantil en México, es un problema de salud pública y social, debido a los cambios en los hábitos alimentarios como en su estilo de vida que actualmente lleva la población infantil, ya que a partir del 2003 se desencadenó el aumento de la obesidad infantil de forma desproporcionada[1], triplicándola en 20 años y teniendo alrededor de 4.5 millones de niños de entre cinco y once años con este padecimiento. [2]
El hecho de que haya cada vez más niños con sobrepeso, debe ser completamente preocupante para los padres y la sociedad, pues cuando los niños lleguen a la edad adulta tendrán padecimientos difíciles de curar y/o enfermedades crónico-degenerativos difíciles de controlar, por lo que es urgente cambiar su estilo de vida y sus hábitos de alimentación; Y más porque se ha estimado que el 25-35% de los casos de obesidad ocurren en familias en las que el peso de los padres es normal, y es mucho mayor cuando los padres son obesos y el riesgo de presentar obesidad en un niño es 4 veces mayor si uno de sus padres es obeso y 8 veces más, si ambos lo son[3].
La obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial que se puede prevenir, debido a un trastorno metabólico que conduce a una excesiva acumulación de energía en forma de grasa corporal en relación con el valor esperado según el sexo, talla y edad, sin embargo, es un proceso que suele iniciarse en la infancia y la adolescencia por un desequilibrio entre la ingesta energética y el gasto energético.
Los cambios más importantes que debe hacer la población infantil para controlar y comenzar a evitar dicho padecimiento son:
- Mejorar los hábitos de alimentación llevando a cabo el plato del bien comer y combinando los tres grupos de alimentos., ya que gran parte del problema es de que la población no lleva a cabo una dieta equilibrada.
- Establecer horarios de comida, debido a que la mayoría de los niños o no desayunan o no tienen horarios preestablecidos para llevar sus tiempos de comidas y en la escuela comen cantidades inadecuadas de calorías.
- Impulsar más la actividad física y evitar el sedentarismo, ya que un estudio demostró que por cada hora de televisión, se incrementa un 12% el riesgo de obesidad por sedentarismo en niños de 9 a 16 años, que dedican en promedio de 2 a 4 horas diarias a esas actividades.[4]
- Enseñar a la población a comer las cantidades adecuadas de alimentos y no comer mayor cantidad de calorías de las que requieren, por lo que no existen alimentos buenos o malos sino saber que porción es la que pueden comer y como combinarlo.
- Aumentar y enseñar a la población a comer más agua natural, frutas y verduras. Un estudio demostró que en los últimos catorce años cayó un 30% el consumo de frutas y verduras, y en veinte años cayó un 50% el consumo de fríjol que era el pilar de la alimentación junto con el maíz y en catorce años aumentó 40% el consumo de refrescos. Entre la población más pobre, el consumo de refresco en catorce años creció 60%.
Dichos cambios se tienen que iniciar en casa con ayuda de los padres y con el aprendizaje cotidiano, para que en la escuela sea mucho más fácil llevar a cabo estos puntos y de esta manera evitar dichas estadísticas.
Al analizar estás cifras tan sorprendentes en necesario y urgente hacer cambios en la forma de alimentarse de los niños y no solo, en dejar de comer ciertos alimentos, sino, en enseñarlos a comer y en enseñarlos a realizar ejercicio y cuidar su salud, ya que si los niños aprenden a comer llevando su plato del bien comer que es muy fácil de entender los niños no se tienen que privar de los alimentos, sino comer lo que necesitan en las raciones que necesitan.
También un punto importante es valorar su salud y su físico, haciendo más ejercicio físico y no tener una vida tan sedentaria.
[1] Obesidad infantil, un problema social – http://www.eluniversal.com.mx/notas/654687.html
[2] México, primer lugar mundial en obesidad infantil; modificará el DIF dieta de desayunos; Periódico: Crónica – Martes 26 de Enero, 2010
[3] Obesidad infantil, Childhood obesity, M. Chueca, C. Azcona1, M. Oyarzábal, Unidad de Endocrinología Pediátrica. Departamento de Pediatría. Hospital Virgen del Camino. Pamplona.
[4] Encuesta Nacional de Salud (ENSA) realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública de México (INSP) – 2010
Nutralim – Nutrición y Alimentación Integral
Lorena Valladares Franyuti